miércoles, 2 de diciembre de 2015

Insensibilidad congénita al dolor II: ¿suerte o desgracia?

Miriam, una pequeña noruega padece insensibilidad congénita al dolor. Presenta graves lesiones en la espalda, cadera, rodillas y tobillos provocadas por fuertes caídas que para ella han sido completamente indoloras. Sin embargo, en su caso no existen signos de discapacidad intelectual.

"Cuando tenía pocos meses de edad y empezó a gatear, notamos que no lloraba aunque se daba unos buenos golpes. Al principio no le dimos mucha importancia pensando que sólo era porque tenía un umbral alto para el dolor. Cuando se fue haciendo mayor, nos dimos cuenta que era un poco difícil de disciplinar o que no respondía a algo tan básico como una palmada en la mano". Así relatan los padres de Miriam su comienzo de la enfermedad.




Otro caso, es el de Jazmín Anzolini que a través de su canal de You Tube y de su blog relata como se vive padeciendo esta enfermedad.

En uno de sus post dice tal que: "El dolor es algo traumático para el ser humano, y varias veces muchos desearían no tener que sentirlo, a veces cuando hablaba con alguien y le comentaba que yo era insensible al dolor me decían, que suerte!! Y es lógico pensar así, pero para mi y para otros el dolor es como un límite entre nosotros y el mundo externo, y el tener insensibilidad al dolor trae riesgos a veces mas graves de salud que una persona "normal"...Así que en conclusión...Ni suerte ni desgracia, simplemente es algo necesario".

Y es que aunque pueda sonar bien el hecho de no sentir dolor, poder caerte y no sentir nada, hacerte una herida y no sentir ni el más mínimo dolor...realmente tiene su lado malo, muy malo. Y es que a veces lo que mejor suena es lo más perjudicial para la salud. El hecho de que estas personas no sientan dolor hace que tengan que estar 24h los 365 días del año pendientes de si tienen alguna herida nueva, pendientes de sus constantes problemas de salud.

Sin embargo, con lo que hay que quedarse siempre es que, a pesar de las enfermedades que padecen algunas personas, enfermedades como esta que no tienen cura, los afectados intentan llevar una vida normal, apoyándose en los suyos. Porque la clave está en no dejarse vencer por las adversidades y seguir adelante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario